Sobre la Energía y La Sanación Energética

La sanación Energética es una de las prácticas más antiguas conocidas en el mundo. Desde el año 4.000 A.C., los curanderos y médicos chinos comprendieron que nuestra salud depende en gran manera de la calidad de energía que circula y conforma nuestros cuerpos. En la medicina china, esa energía es llamada “Qi” o “Chi”. En la Antigua India o Medicina Ayurvédica, esta energía es llamada “Prana”. Los desequilibrios de esta parte de nuestra existencia pueden afectar profundamente nuestra salud física y mental.

Podemos comparar a esta energía con la electricidad. No podemos ver la electricidad pero sí podemos sentirla. La electricidad es incolora e inodora. Es invisible, sin embargo, es real. Si alguna vez has puesto los dedos en un enchufe o has sufrido un shock por sacar la tostada de la tostadora, entonces sabes a lo que me refiero. ¡Puede ser que no la veas, pero definitivamente está allí!

Como seres humanos estamos acostumbrados a percibir las cosas conforme a nuestros sistemas de creencias. Formamos nuestras creencias acerca del mundo físico a una edad temprana. Sabemos que si nos caemos de la columpio  de la escuela encontraremos el piso con un duro golpe; sin embargo, nunca podríamos imaginar que tanto el piso como el columpio - tan sólidos como nos parecen– están hechos de energías vibrantes. Nos puede gustar pensar que el mundo que nos rodea es exactamente como estamos acostumbrados a verlo, pero Einstein, Tesla y otros nos han demostrado que el universo es en verdad mucho más complejo y maravilloso de lo que alguna vez hayamos podido imaginar.

Debes recordar aquel viejo dicho: “Lo conozco como la palma de mi mano…”. Pero, ¿qué tan bien conoces la palma de tu mano? Échale un vistazo. Tus ojos ven la superficie de tu piel con sus arrugas, uñas y pequeños pelitos. Sabes exactamente cómo se ve la palma de tu mano desde esa perspectiva. Pero si magnificas tu mano bajo un microscopio ya no verás la misma piel y arrugas con las que estabas familiarizado. En cambio, podrías pensar que estás mirando la superficie de un planeta extraño cubierto de colinas y valles. Sube la potencia de tu microscopio, aumentando el tamaño de tu piel 20.000 veces, y verás un campo lleno de células. Auméntalo mucho más y verás moléculas. Aumenta esas moléculas y verás los átomos que conforman esas moléculas. Aumenta esos átomos y verás las nubes de energía subatómica que conforman esos átomos: los electrones, protones, neutrones y otras partículas subatómicas. Sigue siendo la palma de tu mano pero no se parece en nada a la mano que tú conoces.

Si la miras ahora, tu mano se ve sólida. Si golpeas sobre la mesa hace un ruido sustancial. Tu mano puede parecer sólida pero hay un montón de espacio vacío allí. A nivel subatómico, hay grandes distancias entre cada electrón en movimiento. Los átomos son 99,99999999% espacio vacío. ¡Tu mano es 99,99999999% espacio vacío! ¡Si pudieras quitar todo el espacio vacío entre los átomos de tu mano, quedaría tan pequeña que necesitarías un microscopio para verla! Virtualmente desaparecería, a pesar de que seguiría pesando lo mismo y contendría el mismo número de átomos. Comprender esta idea podría llevarte un rato. Tu mano parece sólida pero está compuesta por energía dinámica en constante vibración. De hecho, hoy por hoy los médicos entienden que las llamadas “partículas subatómicas” que conforman el átomo no son verdaderas partículas para nada. En cambio, miden los contenidos del átomo en “unidades de energía” porque es mucho más preciso.

Los pensamientos que tú creas están hechos de energía, al igual que todos los demás pensamientos en el universo. La energía-pensamiento no tiene límite. Tus pensamientos no están confinados a un cierto volumen y ubicación como tu cuerpo físico. Mientras nos gusta pensar que todos nuestros pensamientos no expresados son privados y que están confinados a nuestras propias cabezas, esto no es verdad. Cada uno de nosotros es como una estación de radio, emitiendo de manera constante la energía de nuestros pensamientos que emana de nosotros y llena la inmensidad del espacio, tocando a todos aquellos alrededor nuestro para bien o para mal. Esto no significa que podamos leer la mente de otras personas como si leyéramos un libro, pero la energía de los pensamientos de otras personas es detectada hasta cierto punto a nivel subconsciente. Trata de fijar la mirada atentamente a la nuca de alguien en una multitud e inevitablemente se dará vuelta y no tardará mucho en mirarte directamente a ti. Muchos de nosotros hemos tenido esta experiencia y si tú no la has tenido, inténtalo. ¡Siempre funciona!

Todos estamos conectados. La realidad es que la familia humana entera está conectada energéticamente. Cuando las personas sufren y mueren al otro lado del planeta, sentimos a nivel subconsciente sus gritos y agonía, y nos entristecemos por ello. Cuando algo trágico ocurre en el mundo, el mundo entero lo percibe subconscientemente y es afectado por ello. Por otro lado, cuando cosas maravillosas ocurren nos dan alegría a todos juntos. La conectividad que tenemos todos a menudo se manifiesta como sutiles pensamientos que salen a flote del nivel subconsciente a nuestras mentes conscientes. Esta conexión de energía parece más fuerte entre madre e hijos. Las madres a menudo parecen poder presentir cuando uno de sus hijos tiene problemas. Llamamos a esto intuición materna. Nuestra conexión con nuestras propias madres es tal vez aun más fuerte debido al cordón umbilical espiritual que nos une a ellas.

Tus pensamientos son inmensamente poderosos. Cada vez que dices lo que piensas o escribes algo, utilizas la energía de tus pensamientos para afectar al mundo que te rodea. Es a través del pensamiento, la creencia y la intención que todas las cosas ocurren. Experimentos de laboratorio han demostrado de manera repetida que los pensamientos pueden influenciar directamente la tasa de crecimiento en plantas, hongos, y bacterias. William Tiller, un médico de la Universidad de Stanford, ha demostrado que los pensamientos pueden afectar a instrumentos electrónicos. Estudios han demostrado que cuando la energía es dirigida intencionadamente, puede impactar en otros, sin importar si están cerca o en algún lugar alrededor del mundo. Dependiendo de si la persona puede centrarse plenamente, si su pensamiento usa imágenes tranquilas o alteradas, por ejemplo, pueden crear una mayor sensación de relajación o ansiedad en la persona que es su objetivo.


El efecto es tan distintivo que se puede medir en un laboratorio a través de la respuesta galvánica de piel, un método altamente sensible que mide los cambios eléctricos en la piel. Imagina cómo tus propios pensamientos te afectan a ti. Todo el mundo tiene algún tipo de conversación interna ¿Qué te dices a ti mismo? Muchas personas se critican a sí mismas mucho más a menudo de lo que se elogian. La auto-charla negativa puede estar dañándote más de lo que crees. ¿Qué pasa con las personas a tu alrededor? ¿Alguna vez te preguntaste si los otros pueden percibir lo que sientes por ellos? Los subconscientes de los demás están continuamente detectando las vibraciones de tus pensamientos. ¿Alguna vez te pasó con un amigo, que él o ella dijo exactamente lo que tú estabas pensando? ¿Alguna vez supiste instintivamente quién te estaba por llamar, antes de que el teléfono ni siquiera sonara? Éstas no son coincidencias, sino las evidencias de la potencia de la energía del pensamiento.

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