El sentimiento de culpabilidad. ¿Cómo ponerle fin?

Lo que decidimos escuchar y aceptar como nuestro es lo que nos enferma y nos detiene.
Ten en cuenta que con lo que aceptamos, anulamos, postergamos o generamos nuestro éxito.

¿Quién maneja el control remoto de tus emociones y pensamientos?, ¿quién decide qué pensar, qué sentir?Sólo tú. Dependerá de ti, de tu decisión de ubicarte en un lugar de víctima o de poder sobre tu propia vida.

Las personas suelen decir:
•  El día me puso triste...
•  Mi jefe me sacó de quicio...
•  Me arruinaste la cena...
•  Hoy me saturaste...

Si escuchas estas frases es porque colocaste el poder que tienes sobre tus propias emociones en los demás. Así es como son los otros quienes terminan controlando cómo te vas a sentir o qué es lo que vas a hacer.
Aceptando este trato, cualquiera podrá decirte qué hacer y qué no; los demás podrán manejarte y lastimarte con permiso, sí, con el permiso que tú les diste al ceder el lugar de control y poder sobre tu vida.

Desperdiciamos más horas tratando de conformar y gustar a los otros que en ocuparnos de nuestra propia vida.Y en esa vorágine de ser aceptados nos olvidamos de que primero necesitamos respetarnos a nosotros mismos y aprobarnos para poder ser aceptados por el resto.

Anímate a hacer este test. Descúbrete, conócete:

¿Hasta qué punto llega tu abnegación? (Responder Verdadero o Falso)

•  Si tus amigos tuvieran que describirte, ¿preferirías que dijeran que eres una persona atenta en lugar de una persona feliz?
•  ¿Te sientes mejor cuidando de otros que permitiendo que te cuiden?
•  ¿Te sorprende ver lo incompetente que son las personas que te rodean?
•  ¿Encuentras que no hacen caso de la mayoría de tus consejos?
•  ¿A veces tienes que morderte la lengua en presencia de tus hijos, cónyuge u otros familiares?
•  ¿Por lo general encuentras mucho más fácil hacer las cosas por ti mismo?
•  ¿Haces muchísimo más por los demás de lo que ellos harían por ti?
•  Si alguien te trata mal ¿normalmente continúas tratando a esa persona como siempre?
•   ¿A veces tus familiares o amistades dan por descontado que cuentan contigo?
•  ¿A veces aceptas actitudes de amigos o familiares que no aceptarías de un desconocido?
•  ¿Sientes más alegría por las cosas buenas cuando hay un ser querido con quien compartirlas?
•  ¿A veces desearías pasar de todo, tomarte un descanso y no tener que preocuparte por los demás?
•  ¿En ocasiones has contestado a lo que dicen en televisión con comentarios sarcásticos, corrigiendo el vocabulario o la gramática?
•  ¿Cumples las promesas que haces aún cuando eso signifique sacrificar tus necesidades?
•  ¿Detestarías que se te recordara como una persona egoísta?

Sumar los Verdaderos. Si te dio de 1 a 2 "verdaderos", la palabra culpa no se encuentra dentro de tu vocabulario.
Si el resultado es de 3 a 4 "verdaderos", podemos decir que eres una persona equilibrada y responsable de ti misma, sabes satisfacer tus necesidades profundas y no eres esclavo de los caprichos. Posees capacidad para disfrutar y encontrar el placer en muchas cosas.
Si obtuviste de 5 a 7 "verdaderos", eres una persona abnegada grado 1, un ser que posterga sus necesidades para más adelante, para cuando sea el mejor momento. Tu lema es: "No puedo ahora, más adelante sí", pero ese momento nunca llega.
Si obtuviste de 8 a 13 "verdaderos", tu abnegación llega a ser de grado 2, eres una persona que ignora sus necesidades, hasta aún las más básicas, como comer, dormir, recibir afecto, estudios, etc. Obtienes más gratificación al cuidar a los demás que de ti mismo, más placer de hacer feliz a los otros que de serlo tú mismo. Todos te describen como "una buena persona"; servir es lo
máximo en tu vida. Si te pasan cosas lindas las compartes con otros, amas a todos, cuidas e inviertes en todos, excepto en ti mismo. Este tipo de personas suelen copiar su estilo del modelo fracasado de algún familiar.
La persona con más de 13 "verdaderos", no reconoce que posee necesidades; a esta altura se ha convertido en una máquina de trabajar, dejando de sentir, de pensar, y de decidir lo mejor para sí misma. En estepunto, su vida ya no tiene sentido, carece de sueños y de expectativas; en su interior sólo queda espacio para broncas y frustraciones extremas.

Sentir culpa sólo traerá dolor y heridas a tu alma y a tu cuerpo. Tú eres tu propio tóxico. De noventa enfermedades, cincuenta son producidas por la
culpa y las otras cuarenta por la ignorancia. Ya es tiempo de aprender a ser libre de todos los paradigmas falsos que hasta hoy te dirigían y de disfrutar sin culpa. El cordón umbilical se ha roto y ahora te toca decidir a ti. Simplemente
sé tú mismo, limpia el polvo de tus zapatos y sigue adelante. Vacíate de culpas propias y ajenas y comienza a vivir con convicción.La convicción te permitirá revisar, modificar y cambiar lo que sea necesario para seguir adelante.

Si te equivocaste, pide perdón. Saber disculparse es un acto de grandeza, implica reconocer nuestros errores y cambiar la actitud. Siestá a tu alcance, repara tu equivocación y a tu grandeza se le sumará paz.

Mereces ser feliz. Proponte disfrutar de todo lo que tienes, sabiendo que eres merecedor de todas las cosas buenas de la vida. Deshazte de las culpas falsas. Sólo eres responsable de tus decisiones, no de las ajenas.

No quieras cambiar a nadie, sólo cambia quien decide cambiar. La mejor manera de que el otro cambie es no queriéndolo cambiar.

Cada vez que tomes una decisión pregúntate si te ayudará a ser la mejor versión de ti mismo.
Cada vez que elijas quién teva a acompañar en un proyecto, piensa si esa persona sumará valor y te permitirá ser la mejor versión de ti mismo.

Cuando proyectes con toda tu fuerza tus sueños y pongas en marcha tus objetivos, conocerás tu propia esencia, tu valor, y el dominio propio, ese que está dentro de ti. Entonces tu verdadero Yo emergerá y sabrá reconocerse a
sí mismo. Vivir, gozar y disfrutar son derechos que tenemos todos los seres humanos, no son privilegios. Nos corresponden por nacimiento.

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