EL CALENDARIO MAYA
La civilización
Maya tenía muchos calendarios, todos con propósitos diferentes y basados en
frecuencias.
Entre ellos, el
calendario Tzolkin es el que conecta con la parte espiritual del ser humano. Utilizando
este calendario acompañamos a la naturaleza en su flujo evolutivo y ella nos
acompaña a nosotros.
En contraposición, el Calendario Gregoriano (el que
conocemos y utilizamos comúnmente) es un instrumento totalmente desarmonizado,
pues su uso contempla una plantilla de 12 meses, con meses de 31, 30, 29 y 28
días según el mes. En esa irregularidad de días entra el movimiento lunar de 28
días en una plantilla de 30, mezclando parte de dos lunas en un mismo mes, aparte
de que ningún día tiene por sí mismo un significado en especial, puesto que si
no es una fecha importante para nosotros, su uso es estrictamente comercial. El
calendario gregoriano usa plantillas irregulares que distorsionan el tiempo,
quedándose solamente en la tercera dimensión, atrapados por el ego, en una
energía 12/60 (12 meses con horas de 60 minutos) usada solamente para trabajar
y ser productivo. Esto sólo crea inadaptación con el tiempo natural y el ser
multidimensional que somos nosotros y nuestro planeta. El Tzolkin, como sincronizador
galáctico nos permite acceder a la cuarta dimensión, el tiempo, el aquí y
ahora, para ascender a la quinta dimensión donde no hay dualidad.
El calendario Maya nos permite entender que cada día
tiene un sentido y energías características. Conociendo esas energías podemos
acceder a otras capacidades, actuando en el día a día conforme la naturaleza lo
permite o favorece. El calendario Maya también nos permite saber con qué
energías contamos nosotros, cuáles son las capacidades que tenemos y cuáles las
energías que nos favorecen y nos ayudan a crecer y evolucionar como humanos.
Desde el punto de vista del calendario Maya, nosotros
somos el cuerpo celular del planeta. Si mi información energética y genética indica,
por ejemplo, que soy una célula del hígado del planeta y yo trato de ser otra
cosa, estoy yendo contra mi propia naturaleza y eso me frustra y me hace sentir
mal, sin comprender el por qué. Cuando me sincronizo con mi propia naturaleza y
actúo desde ese punto voy siempre a favor de lo que tengo que ser y no de lo
que se supone que debería ser. También al saber que yo soy una célula del
cuerpo planetario comparto con otros seres la misma información, lo cual me
permite acceder a una responsabilidad más participativa y comunitaria,
conformando así un órgano de este planeta con una función específica. De esta
manera cumplo como mi misión personal y planetaria.
El Tzolkin explica un modelo del código que gobierna el
funcionamiento de todo el espectro de energía radiante. Ayuda a la recuperación
de la información del Cosmos y cómo lograr de nuevo la alineación con él.
Se basa en dos ruedas cíclicas, una de 13 engranajes
(correspondiente a los tonos) y otra de 20 (correspondiente a los sellos) que
se juntan en un punto común y giran en sentidos contrarios, dando la energía
del día, mes, año… La combinación de cada tono con cada sello crea un patrón de
pulsación radiante que contiene un tipo específico de información y se llama
Kin o Umbral galáctico. Cada día o Kin está impregnado con una diferente
energía, influenciando en el funcionamiento de los seres y de la naturaleza.
Los tonos como rayos galácticos y síntesis de los 13
poderes de la creación representan los trece principios binarios conocidos como
las 7 leyes fundamentales de la naturaleza. Representan la energía o dualidad Yin
(femenina)
Los 20 símbolos (20 sellos solares) son rangos de
frecuencia para la transformación o evolución de cada uno de estos tonos. Representan
la energía o dualidad Yang (masculina)
Los Sellos son
códigos de activación genéticos. Arquetipos o modelos de comportamiento.
Representan diferentes códigos de información galáctica, modelos universales de
vibración, información necesaria para la vida, como proceso evolutivo
ascendente. Su vehículo es el tiempo, la radiación solar y la misma Tierra. De
acuerdo a nuestra fecha de nacimiento, en relación a la frecuencia de ese día,
cada uno de nosotros tenemos incorporada una combinación de frecuencias, que
determinan fundamentalmente nuestra misión o destino de vida, además de las
cualidades incorporadas para llevarlas a cabo.
Todas estas energías provienen del Sol, la Luna, los distintos planetas y
de los polos femenino y masculino (Yin-Yang). Todas rigen en cada día, semana,
mes y año. Todas deben ser tenidas en cuenta, pues forman parte de un todo y su
interpretación es necesaria para comprender en qué procesos nos encontramos.
La energía del año es la que engloba el propósito de todo el ciclo. El
año maya parte desde el 26 de julio de 2013 al 24 de julio de 2014. Este nuevo año
en el que nos encontramos, que comenzó el 26 de julio, es Semilla Galáctica
Amarilla. El propósito de todo el año es preparar la siembra. Semilla es el comienzo y
la expansión de la vida en sí misma. La energía Semilla te invita a crecer, ser, florecer y pide que
permitas que tu programa se realice. Florecer significa “ser tú mismo”,
conectar con tu esencia, permitiendo que se manifieste, sin esfuerzo, sin lucha
y sin sufrimiento. Date
cuenta que tú y tu vida sois el suelo fértil, y que tú despiertas tus propios sueños
y posibilidades. Vive lo que
sientes, lo que se encuentra en tu interior. Descubre esa armonía natural, y crea
ese flujo de armonía en tu vida y en la conexión con los demás y el planeta
Tierra.
Nos
encontramos en la Segunda Luna del año, la Luna Lunar del Escorpión, desde el
23 de agosto hasta el 19 de septiembre. La Luna Lunar nos desafía a
encontrar la manera de despojarnos de la consciencia de lo viejo y encarnar la
consciencia de lo nuevo. El animal totémico de la Luna Lunar es el Escorpión,
lo que significa transmutación, repeler las energías negativas y atraer el
poder del renacimiento. Supone la búsqueda de la estabilidad entre los polos. Los
obstáculos que aparecen en el camino son los grandes maestros que nos ponen
pruebas para así trabajar el desafío de superarlas. Despierta a tu sensibilidad
e intuición para encontrar formas creativas de salir de apremios y confusiones.
Que la polaridad sea un aliciente para tu superación interna, permitiéndote
encontrar tus mayores éxitos. La realidad que experimentamos es el reflejo de
nuestras expectativas. Si proyectamos las mismas imágenes todos los días,
nuestra realidad será idéntica día tras día. Cuando la atención es perfecta,
crea orden y claridad.
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