El secreto de la felicidad ¡dar es recibir!

¿Estamos siendo una muestra de verdad, de integridad, de lo mejor que como seres humanos podemos ser en este momento? Generalmente damos por sentado el tiempo que pasamos juntos, ya sea con la familia, la pareja o los amigos. Entramos en la inercia, en la monotonía, y no compartimos suficiente calidad de momentos que permitan hacer crecer el amor, la armonía. Si uno está insatisfecho consigo mismo o con su vida, posiblemente esté tratando de que sea el otro, su compañero de camino, su pareja, sus hijos o quien sea, los que le den ese amor o esa felicidad que siente que le falta. Es muy posible también que eso se agote, que la relación se gaste y el tiempo se pierda en quejas y reproches en lugar de en apreciación y gratitud, que son los que riegan el amor y lo hacen crecer muy rápido, fortaleciendo la unidad.

Vivir una vida feliz, plena y con propósito cada día no es sólo un sueño; es nuestra responsabilidad diaria. Todo lo que tenemos que hacer es compartir. Esto se debe a que compartir es el camino directo a la felicidad: necesitamos el proceso incómodo de desarraigar al ego para poder experimentar la realización verdadera. Compartir no es dar lo que te sobra. Comparte hoy.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Técnica para activar y sanar los riñones

El hígado y sus manifestaciones corporales y emocionales

¿De dónde proviene este dolor? Dolor visceral referido.